LA CONDUCTA HUMANA
El objeto propio de las
ciencias psicológicas es la conducta humana.
Pero, por
“Conducta humana” se entienden muchas cosas, además de poder ser enfocada desde
muy diversos puntos de vista.
Conducta
humana es la lucha por la vida del recién nacido prematuro.

Conducta humana son las fantasías de un niño, los sueños del adolescente, las alucinaciones del alcohólico.
La conducta humana se conoce bien, pero se comprende poco.
Cuando hablamos de conducta, aludimos primeramente, a las actividades claras y evidentes observables por los demás: su caminar, hablar, testicular, su actividad cotidiana… a esta conducta se le denomina conducta evidente por ser externamente observable.
Criterios
de la conducta humana

2.- Las normas inconsistentes y el súper yo: el individuo se orienta rígidamente hacia algunas normas o valores que las autoridades han inculcado desde la infancia.
3.- La presión social: la conducta está basada en función de la moda y propaganda, así como lo que en un grupo o mayoría decida.
4.- Criterio Legal: orientar y dirigir la conducta por medio de normas y leyes.
5.- Criterio Axiológico: basado en los valores percibidos y apreciados, actuar por convencimiento.
6.- El Yo profundo: el sujeto se guía por sus decisiones a partir de su percepción, yo soy en el plano de ser.
El valor moral
Se entiende por valor moral todo aquello que
lleve al hombre a defender y crecer en su dignidad de persona. El valor moral
conduce al bien moral. Recordemos que bien es aquello que mejora, perfecciona,
completa.
El valor moral perfecciona al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en
su libertad, en su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o menos
cultura, por ejemplo, pero esto no afecta directamente al ser hombre. Sin embargo
vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o el cometer un fraude,
degradan a la persona, empeoran al ser humano, lo deshumanizan. Por el
contrario las acciones buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad, el
buscar la justicia, le perfeccionan.
El valor moral te lleva a construirte como hombre, a hacerte más humano.
Depende exclusivamente de la elección libre, el sujeto decide alcanzar dichos
valores y esto sólo será posible basándose en esfuerzo y perseverancia.
El hombre actúa como sujeto activo y no
pasivo ante los valores morales, ya que se obtienen basándose en mérito.
Estos valores perfeccionan al hombre de tal manera que lo hacen más humano, por
ejemplo, la justicia hace al hombre más noble, de mayor calidad como
persona.
Ética
profesional
El
profesional en su diario vivir no solo confronta problemas con relación a su trabajo, sino también en su profesión de día a día con las
personas que le rodean, esto hace que muchas veces cometamos errores sin darnos
cuenta que estamos pisando la línea d la moralidad y el diario vivir.
Desde
la revolución francesa, donde se proclamó la igualdad de derechos, existen
personas, hombres y mujeres que llevan en su carga la economía y la estabilidad de cualquier país. Desde
tiempos muy antiguos nos hemos topado con diferentes profesiones y unto a estas
siempre existen reglas que marcan y rigen el desempeño de dichas profesiones.
Vocación
La vocación es un deseo entrañable
hacia lo que uno quiere convertirse en un futuro, a lo que uno quiere hacer por
el resto de su vida, es algo que va enlazado y determinado por tus
conocimientos generales. Un profesional que carezca de vocación, el proceso puede ser más tardío y difícil para poder desarrollar sus conocimientos, a
diferencia de un profesional que sienta una verdadera vocación.
La finalidad de la ética profesional
L a ética de una profesión, es el
conjunto de normas en términos de los cuales la definimos como buenas y malas.
El bien se refiere aquí, a que la
profesión constituye una comunidad dirigida al logro de una cierta finalidad.
Hay tres tipos de condiciones o imperativos éticos
Hay tres tipos de condiciones o imperativos éticos
profesionales.
Los que tienen que ver con la competencia profesional. La ética de la profesión exige que la persona sea competente, es decir, que tenga los conocimientos destrezas y actitudes para ejecutar adecuadamente en su área de competencia.
Los que tienen que ver con la competencia profesional. La ética de la profesión exige que la persona sea competente, es decir, que tenga los conocimientos destrezas y actitudes para ejecutar adecuadamente en su área de competencia.
La
ética consiste aquí en reconocer que la actividad profesional solo es buena en
el sentido moral si se pone al servicio del cliente.
Cuando
se es parte de una comunidad, las acciones el prestigio- o falta de el-de uno
de los miembros afecta al otro, no se actúa individualmente sino
colectivamente.
Ser ético es reconocerse como miembro
de una comunidad dentro de la cual existen derechos y deberes.
El beneficio propio.- Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y utilidad
de la profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es porque todo el
mundo se inclina por naturaleza a la consideración de su provecho personal,
gracias a su profesión. No está de más mencionar el sacrificio que entrañan
casi todas las profesiones: el médico, levantándose a media noche para asistir
a un paciente grave; el ingeniero, con fuertes responsabilidades frente a la
obra, etc. La profesión también gracias a esos mismos trabajos, deja, al final
de cuentas, una de las satisfacciones más hondas.
Capacidad profesional.- Un profesional debe ofrecer una preparación especial en triple sentido: capacidad intelectual, capacidad moral y capacidad física.
La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar trabajos especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante las revistas, conferencias y las consultas a bibliotecas.
La capacidad moral es el valor del profesional como persona, lo cual da una dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo, digna del aprecio de todo el que encuentra. Abarca no sólo la honestidad en l trato y en los negocios, no sólo en el sentido de responsabilidad en el cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un horizonte mucho más amplio.
La capacidad física.
Se refiere principalmente a la salud y
a las cualidades corpóreas, que siempre es necesario cultivar, como buenos
instrumentos de la actividad humana.
Deberes.
Los Deberes Profesionales. Es bueno considerar ciertos deberes típicos en todo profesional. El secreto profesional es uno de estos, este le dice al profesional que no tiene derecho de divulgar información que le fue confiada para poder llevar a cabo su labor, esto se hace con el fin de no perjudicar al cliente o para evitar graves daños a terceros. El profesional también debe propiciar la asociación de los miembros de su especialidad. La solidaridad es uno de los medios más eficaces para incrementar la calidad del nivel intelectual y moral de los asociados. En fin al profesional se le exige especialmente actuar de acuerdo con la moral establecida. Por tanto, debe evitar defender causas injustas, usar sus conocimientos como instrumento de crimen y del vicio, producir artículos o dar servicios de mala calidad, hacer presupuestos para su exclusivo beneficio, proporcionar falso informes, etc. Cuando un profesional tiene una conducta honesta, dentro y fuera del ejercicio de su profesión, le atraerá confianza y prestigio, lo cual no deja de ser un estímulo que lo impulsará con más certeza en el recto ejercicio de su carrera.
Los deberes son exigencias, imposiciones indeclinables, recaídas sobre la responsabilidad del individuo, que mientras mejor los cumple, más derecho tiene a la feliz convivencia social.
El deber puede catalogarse en el grupo de las obligaciones morales. Estas son deudas morales de obligado acatamiento por la fuerza de la razón sana del individuo. El cumplimiento del deber es un rasgo enaltecedor, relevante de la conducta humana. En el orden privado, habla elocuentemente de la educación del individuo y de la pureza de sus propias concepciones, en el ámbito público afianza sus relaciones sociales y le aseguran el éxito, que es aspiración constante del hombre.
Por ende cada profesional tiene la indeclinable
obligación de convertirse en medio ejecutor de sus deberes. Para ello le es
ineludible disciplinar sus actuaciones técnicas y científicas, perfeccionar su
carácter y fortalecer su conducta dentro de las normas éticas. Este es el medio
más apropiado para organizar una verdadera actuación profesional.